miércoles, 7 de febrero de 2007

SODOMITA Y CONSAGRADO


“Las contradicciones del falsamente llamado conocimiento” (Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras—Con Referencias, edición revisada de 1987)

“Los argumentos de la falsamente llamada ciencia” (Versión Reina-Valera de 1995, Edición de Estudio)

“Las paradojas de la inmerecidamente llamada ciencia” (Versión Regina)

1 Timoteo 6:20.


(Estudio Preliminar)

En los Escritos sagrados, hay algunas cosas difíciles de entender, las cuales “los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3:16; Versión Reina-Valera Revisada de 1960.).


ADVERTENCIA: ESTE ES UN ESTUDIO PRELIMINAR. EN LO FUTURO SERÁ AMPLIADO CON OTROS MATERIALES QUE PUEDAN SER DE MAYOR SIGNIFICANCIA Y QUE PRECISEN MEJOR TODAVÍA EL TEMA DEL TÍTULO.
SODOMITA Y CONSAGRADO

Una de las cosas que los indoctos e inconstantes tuercen tiene que ver con la ocurrencia de la palabra sodomita en algunas traducciones y versiones arcaicas de la Biblia, como, por ejemplo, en Deuteronomio 23:17. Se trata de uno de los textos favoritos de los homófonos, quienes abusan de este versículo al utilizarlo como uno de sus dardos favoritos en contra de los homosexuales.
En la reproducción anterior, se ha señalado la ocurrencia de la palabra sodomita en Deuteronomio 23:17, de acuerdo al texto de la Versión Reina-Valera de 1995, Edición de Estudio. Hasta hace algún tiempo, esta era la forma común de traducir este pasaje de la Escritura en la mayoría de las versiones o traducciones de la Biblia, si no en todas.

El texto hebreo, en tanto, por ejemplo, en Génesis 13:12-14, de acuerdo al texto hebreo de la Biblia Hebraica Stuttgartensia, la más afamada edición de la actualidad, es particularmente interesante en cuanto a las palabras usadas en el texto original.. Aquí, la palabra hebrea סדם [sdm] aparece dos veces, como se ha resaltado en esta reproducción. La palabra hebrea סדם [sdm] aparece vocalizada con shewa y holam, de manera que se lee sedóm.

Reproducción parcial de Deuteronomio 23:17, de acuerdo a la Biblia Hebraica Stuttgartensia (aquí, por una variación en la numeración, corresponde a Deuteronomio 23:18). La palabra hebrea קדשׁה [qdshh], que se suele traducir por ramera o prostituta, está vocalizada con shewa, tsere y qámats, de manera que se lee qedeshá. En tanto, en la segunda ocurrencia marcada en esta reproducción, la palabra קדשׁ [qdsh], forma masculina de la anterior, es vocalizada con qámats y tsere, leyéndose qadésh.

Por eso, atendiendo a lo que en realidad dice el texto bíblico y no pudiendo continuar sosteniendo un punto de vista y una opinión que no resiste el menor análisis, los traductores y revisores de las versiones y traducciones de la Biblia han optado por traducir literalmente, o bien han agregado notas al pie de las páginas, aclarando el sentido y significado original.


Nótese que en Deuteronomio 23:17 no aparece, en ningún lugar, ni siquiera en los versículos anteriores o posteriores, la palabra hebrea סדם, sedóm, de donde la forma castellana Sodoma. Si el original dijera sodomita, tendría que aparecer la palabra סדם, sedóm, lo que no ocurre, en modo alguno. Aquí, en esta reproducción parcial del texto del Antiguo Testamento Interlineal Hebreo-Español, de Ricardo Cerni, las palabras hebreas קדשׁה, qedeshá, y קדשׁ, qadésh, se vierten como ramera y hombre prostituido, respectivamente. Obviamente, hombre prostituido y homosexual no son sinónimos. Y, además, no puede decirse que los hombres prostituidos a que hace referencia la Torâh hubieran sido homosexuales, ya que falta toda prueba en esa dirección. Solamente se puede decir que eran prostitutos, el equivalente masculino de la qedeshá, pero no puede afirmarse que no fueran heterosexuales. Lo demás, la identificación del qadésch con el hombre homosexual, obedece a una casuística que más vale perdonar que tratar de entender, ya que evidencia una absoluta ignorancia de la Escritura y, por ende, de lo que dice la Palabra de Dios.
Algunas versiones, como la Reina-Valera de 1995, Edición de Estudio, entendiendo que ya no se puede continuar en la misma dirección de presentar textos no solo errónea sino del todo sesgadamente traducidos, ha optado por agregar una nota al pie de la página aclarando al lector lo que en realidad quiere decir la Escritura con la palabra sodomita. Dice la nota aludida: “Alusión a una forma de prostitución difundida entre los pueblos del antiguo Oriente, relacionada con los ritos de la fertilidad. Mediante la unión sexual practicada en los templos se trataba de asegurar la fertilidad de los campos y del ganado.”

Casi treinta años antes, la versión católica romana de los misioneros claretianos Pedro Franquesa y José María Solé, había hecho historia, cuando tradujo las palabras hebreas qedeshá y qadésch como prostituta sagrada y prostituto sagrado, respectivamente, entendiéndose que se trata de personas que practicaban la prostitución como consecuencia de un voto de consagración a una determinada deidad pagana.
Arriba, reproducción de Deuteronomio 23:18 en la Versión Regina, edición manual de 1968. Existe una pequeña diferencia de numeración de los versículos entre las traducciones católicas y las que no lo son. Es por eso la diferencia numeraria en este versículo, que en la mayoría de las traducciones aparece como Deuteronomio 23:17.

Desde hace varias décadas, los traductores católicos, con la correspondiente aprobación eclesiástica, han estado siendo un poco más fieles al texto hebreo original en este caso, y han estado reparando un error, error que no tiene que ver con la traducción, sino que se trata de una evidente manipulación del texto sagrado para forzarlo a decir lo que no dice en realidad. Obviamente, una persona, hombre o mujer, que practica relaciones sexuales por una motivación religiosa, no puede ser caracterizada como homosexual. Las relaciones sexuales de estos consagrados, que se prostituían por motivos religiosos, se daban, por lo demás, dentro de un marco de circunstancias heterosexual, y su objetivo era asegurar la fertilidad de los campos, del ganado y de las personas. la historia de las religiones antiguas es muy clara a este respecto, y las correcciones en las traducciones bíblicas vienen solamente a corregir uno de los casos en que los traductores sucumbieron a sus propios prejuicios e inventaron la manera de imponer una condena divina a la homosexualidad, cosa que las Escrituras en sí mismas no autorizan.

Un año antes, la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, edición revisada de 1967, tradujo las palabras hebreas por prostituta de templo y prostituto de templo, respectivamente.

Arriba, reproducción de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, edición revisada de 1967. Esta es una de las muchas versiones que ya no presentan la palabra sodomita en el texto principal.


Arriba, reproducción de la versión conocida como Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras—Con Referencias, edición revisada de 1987.

Varias ediciones revisadas de la Versión Reina-Valera, la más ampliamente versión usada en el mundo de habla hispana, presentan lecturas diferentes a sodomita, generalmente palabras que dan a entender, sin ambages, que se trata de una persona que practicaba la prostitución como resultado de un voto a alguna divinidad cananea, probablemente una deidad relacionada con la fertilidad, preocupación muy especial de los antiguos.

En general, los líderes, maestros y otras personas que están en posición de autoridad dentro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, no han adoptado la sana enseñanza que se presenta en la edición oficial publicada por la Iglesia, con el reconocimiento y la recomendación de las Autoridades Generales mormonas, de la King James Version. Es posible que mucho del sufrimiento que han experimentado tantas personas miembros de la Iglesia no se hubiera producido de haberse dado a conocer a los miembros el verdadero alcance de la palabra sodomita. De hecho, todavía hay personas que pretenden hacer un gran servicio a la causa de la verdad equiparando la sodomía a la homosexualidad. Estas personas continúan bajo el manto de la ignorancia religiosa. No saben que oficialmente la Iglesia ya no considera que esos pasajes, que tradicionalmente se han usado, y donde aparece todavía la palabra sodomita, apliquen a la homosexualidad. Hace ya casi 30 años que la Iglesia ha hecho luz sobre estos pasajes. Pero, por los mismos años la membresía y muchos líderes, han permanecido en la oscuridad de la ignorancia, citando estos versículos en apoyo de cosas que la Iglesia dice, oficialmente, que no corresponden.

Es cierto que en al menos un lugar, en la nota explicativa para Deuteronomio 23:17, los comentaristas oficiales de la Iglesia mormona, si bien reconocen que la palabra aplica a una clase o forma de prostitución religiosa relacionada con la fertilidad, remiten al lector o estudiante de las Escrituras al tema homosexualidad, en la Guía de Tópicos. En tal caso, ha de asumirse que se trata de un error tipográfico (lo que es menos dañino para la imagen de la Iglesia como la única y verdadera Iglesia del Señor), o que se trata de una concesión a los sectores más fundamentalistas de la Iglesia mormona. Porque uno debe resistirse, aún a fuerza de porfía, a considerar siquiera que se trata de una contradicción del falsamente llamado conocimiento (1 Timote 6:20; Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras), porque la Iglesia es guiada por el Espíritu del Señor, y, por lo tanto, no puede equivocarse, no, al menos, hasta el grado de contradecirse a sí misma en la enseñanza de la sana doctrina que ha sido entregada a los santos.

Pero, a pesar de haber reconocido en una nota al pie de la página para Deuteronomio 23:17 que sodomita no se refiere a la homosexualidad ni a los homosexuales, en la Guía de Tópicos se insiste en usar el mismo texto como apoyo sobre este tema. Y los líderes y las Autoridades Generales de la Iglesia mormona han continuado citando este y otros textos similares para condenar lo que, oficialmente, dicen que no condena. A menos que uno tenga la osadía innecesaria de suponer que quienes dirigen a la Iglesia, tanto a nivel local como a nivel mundial, ignoran lo que dicen las Escrituras, lo que no es creíble ni tampoco puede siquiera considerarse.

Arriba, reproducción de la Guía de Tópicos que acompaña a la edición mormona de la King James Version o Authorized Version. Aquí se insiste en citar Deuteronomio 23:17 como apoyo en contra de la homosexualidad, a pesar de las anteriores varias declaraciones en contrario.

En la reproducción anterior, nuevamente, los comentaristas oficiales de la Iglesia mormona reconocen que sodomita no se refiere a la homosexualidad, sino a un prostituto masculino devoto de la adoración pagana de la fertilidad.


Nuevamente, los comentaristas oficiales de la Iglesia mormona reconocen que sodomita no se refiere a la homosexualidad ni a los homosexuales, sino a prostitutos masculinos cultuales.

CONCLUSIONES

Algunos de nosotros hemos pasado mucho tiempo tratando de entender algunas cosas. Pero si ponemos atención, la Iglesia del Señor ha dado pasos positivos hacia poner las cosas en su lugar, y ha hecho declaraciones como las que se señalan en este ensayo, pasos pequeños quizá, pero que son un gran avance, y que pueden ayudarnos a todos a entender que la Iglesia dará los pasos que tiene que dar en los momentos apropiados. A veces uno puede creer que la Iglesia nunca hará cambios en el tema de la homosexualidad. La realidad es que sí los está dando. Quizá no con la rapidez y la urgencia con que nos gustaría, pero los está dando. Y eso es lo que debe importarnos.

Y si estamos alertas, podremos estar preparados para ese día en que la Iglesia reconozca que en realidad en las Escrituras no hay ninguna condena en contra de la homosexualidad y de los homosexuales. Y que, a pesar de la gravedad que se le atribuye a la homosexualidad, nunca, jamás, el Señor ha dicho nada acerca de este tema. De ser el pecado que muchos asumen que es, cuando menos debería haber una referencia clara en las Escrituras o una declaración inequívoca de nuestros Profetas modernos. En vano buscamos. No existe.

De este examen somero pero serio de lo que está ocurriendo en el campo de la escriturística mormona con el tema de la homosexualidad, se desprende fácilmente que se están introduciendo cambios. Algunos cambios han ocurrido hace bastante tiempo y muchos de nosotros no lo hemos sopesado en lo que vale y significa.. Y será de gran importancia y relevancia el continuar analiza las cosas en su justa posición y en su apropiada perspectiva.